domingo, 30 de junio de 2024

MEXICO 1968: UNA AMARGA GESTA

 


Desde su entrada en el programa olímpico en Melbourne 1956,  la prueba de 20 kilómetros marcha ha tenido finales emocionantes por la escasa diferencia entre el ganador y el segundo clasificado que ha oscilado entre los 3 y 14 segundos, pero sin duda nada comparable con los sucedido en el Estadio Azteca el 14 de octubre de 1968. Seis décimas, tan solo seis, fue la exigua diferencia entre el ganador, el soviético Vladimir Golubnichi  y el mexicano José Pedraza Zúñiga que protagonizo unos 400 metros finales espectaculares y a punto estuvo de lograr la victoria, El mexicano  que hizo una carrera de menos a mas, mediada la  prueba marchaba en decimosegundo lugar, fue remontando hasta situarse tercero en el kilometro 16.  Progresivamente fue recortando distancias con la cabeza de carrera, liderada por los soviéticos Golubnichi y Smaga, entrando el estadio Azteca a tan solo 200 metros de estos. El publico entusiasmado jaleo a Pedraza que  parecía "volar" en su remontada; pronto alcanzo y supero a Nikolai Smaga y se fue a por Golubnichi que logro resistir en un agónico final.  La de Pedraza era la primera medalla olímpica del atletismo mexicano. Conocido popularmente como Sargento Pedraza, por su condición de militar, su gesta no tuvo el reconocimiento que se merecía. Fue una amarga medalla, como premio recibió un reloj y, dos meses después, apagados los ecos de su gesta, insatisfecho por la medalla de plata, el general Suastegui le arresto cuatro meses con el pretexto de no haber dado cuenta de su participación olímpica......


Se la la curiosa circunstancia que José Pedraza logro ser olímpico a la tercera, ya que ni para Roma 1960 en 3000 obstáculos, ni Tokio 1964 en 5.000 y 10.000 metros logro superar las pruebas de selección. Fue Eutiquio del Valle quien en el verano de 1964 le sugirió pasar a la marcha y al cabo de pocas semanas lograba sus primeros éxitos.

Con su valiosa medalla, el Sargento Pedraza fue el gran dinamizador de la marcha mexicana que, de la mano del técnico polaco Jerzy Hausleber,  considerado el padre de la "caminata" mexicana, logro un gran reconocimiento y prestigio internacional  logrando, entre 1968 y 1998, 9 medallas olímpicas y mas de 100 pódiums internacionales con legendarios marchadores como los campeones olímpicos Daniel Bautista, Ernesto Canto o Raúl González.

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